Cuando he estado triste me ha consolado y me ha brindado una palabra de aliento, cuando me he sentido feliz ha compartido conmigo una sonrisa sincera y de amor, cuando he estado confundido me ha brindado su concejo y el camino correcto para no equivocarme y desviarme, y cuando me he sentido enfermo se ha convertido en mi médico de cabecera y en el mejor medicamento para curar mis dolores.
Cuando he estado triste me ha consolado y me ha brindado una palabra de aliento, cuando me he sentido feliz ha compartido conmigo una sonrisa sincera y de amor, cuando he estado confundido me ha brindado su concejo y el camino correcto para no equivocarme y desviarme, y cuando me he sentido enfermo se ha convertido en mi médico de cabecera y en el mejor medicamento para curar mis dolores.
Esa es mi madre, y estoy seguro que como ella, muchas de ustedes que comparten cada día de mi vida en la administración, y son la razón de ser del municipio, son el fiel reflejo del ejemplo de mujer que me puso DIOS en el camino, y que sus familias especialmente sus hijos ven en ustedes el mejor ejemplo de amor sincero, de acompañamiento irrestricto y de entrega total.
Hoy como ser humano y como hijo, les quiero desear el mejor día de las madres, porque se lo merecen, y quiero compartir con ustedes un mensaje de reflexión que resume lo que son, unas madres ejemplares.
“Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que, siendo joven, tiene la reflexión de la anciana, y en la vejez trabaja con el ardor de la juventud, una mujer que, si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y, si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que, siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica, daría con gusto su tesoro, por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que, siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño, y siendo débil, se reviste con la bravura de un león; una mujer, que mientras vive, no la sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla un solo instante, por escuchar un solo acento de sus labios”. Ramón Ángel Jara, Obispo de la Serena (Chile).
Alcalde Municipal
James Alzate Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario